Enseñanzas de Meishu Sama: Dios y su ley

Dios es amor. Si el hombre, sin embargo, no estuviere viviendo de acuerdo con la lógica[1], nada podrá hacerse para ayudarlo. Muchas veces, el Creador quiere conceder a las personas innumerables gracias; les falta, con todo, calificación para recibirlas.

Aun tratándose de dinero, casi siempre, Dios se dispone a colocarlo en abundancia en nuestros bolsillos. No puede, sin embargo, hacerlo, porque hay en ellos muchas impurezas, las que deben, en primer lugar, ser eliminadas, para que se creen condiciones favorables para el recibimiento del auxilio del Cielo. Sólo así es que el Supremo Señor podrá conceder gracias sin fin.

Si el hombre quiere, entonces, tener la vida salvada, debe hacer su parte. En caso contrario, Dios no podrá actuar, pues existen leyes inmutables, las que ni Él mismo transgrede

[1] Principio o la Ley de Dios.

Extracto del Libro: Meishu Sama, Evangelho do Céu, volumen II -Sabedoria- pág 49 (versión en portugués).