LA MISIÓN DEL ARTE

Como, desde los orígenes, el hombre viene modificando paso a paso su manera de vivir, está llegando a un mundo más civilizado. En ese sentido, el progreso representa la eliminación de la bestialidad de los tiempos bárbaros, marca obsesiva del comportamiento humano. Esa brutalidad sin límites es, incluso, una de las causas que mantiene a la humanidad expuesta a amenazas incesantes de guerras.

El artista tiene una importante misión que cumplir. Su arte debe ser incentivo para la eliminación de la bestialidad humana, así como un recurso por el cual todos puedan conquistar sentimientos más nobles. Así, entonces, la literatura, el teatro, el canto, la danza, la pintura, deberán ser caminos por los que los valores espirituales del artista, expresados a través de su sensibilidad, tocarán el alma del pueblo, estableciéndose entre ambos un eslabón de sentimientos y emociones altamente dignos.

Cabe, pues, al artista el papel de orientador del verdadero comportamiento a seguir por los demás miembros de la sociedad. Por eso se concluye que, en caso que su vida espiritual no esté muy perfeccionada, jamás los sentimientos del pueblo podrán volverse mejores. Es en este punto en que reside la dignidad del Arte, o su vulgaridad.

Extracto del Libro: Meishu Sama, Evangelho do Céu, volumen III -Reino Divino- pág. 173, 174 (versión en portugués)