Enseñanzas de Meishu Sama: Observador atento

Cierta vez, aconsejé a mis asistentes hacerse tan hábiles como un “ladrón de carteras”. Si yo fuese uno de esos rateros, estoy seguro de que tendría éxito, pues soy muy rápido para actuar.

No estoy, está claro, sugiriendo a nadie robar las pertenencias de otros, sino sólo hacerse tan ágil y tan eficiente que, sin pérdida de tiempo alguna, descubra el punto focal de todo. Desde ese punto de vista, pulir el alma significa tener la capacidad de resolver rápidamente cualquier problema. Los preceptos de la Oomoto nos enseñan a ser cuidadosos y estar atentos a todos. Sin embargo, en muchas personas, la acción del intelecto es lenta y, por eso, casi nadie percibe detalles de gran importancia.

Es necesario, por lo tanto, entrenar la atención y la rapidez mental. Así, será posible notar grandes diferencias en la habilidad de encontrar el punto focal de todo.

Una vez adquirida bastante sutileza para descubrir la parte esencial de cualquier situación, será fácil percibir cuál es la intención de las personas al abordar algún asunto, o qué capacidad de discernimiento poseen, observando sólo la manera como hablan. De esa forma, deben ustedes tratar de descubrir rápidamente el objetivo de un visitante, oyéndole decir algunas pocas palabras. Si lo logran, es señal de que la atención está bastante agudizada.

 

Extracto del Libro: Meishu Sama. Evangelho do Céu volumen III –  Reino Divino, p. 223-224.